Un nuevo estudio relaciona a
las personas con exceso de peso y cuerpo con forma de manzana (que es aquél en
el que el abdomen es más ancho que las caderas), con el riesgo de tener
problemas del corazón. En este caso, se ha encontrado que las posibilidades de
sufrir muerte cardiaca repentina son mayores.
No dejes que eso te ocurra a ti.
El solo hecho de ser obeso
aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y del sistema
circulatorio. Ahora, además, un grupo de investigadores de la Universidad de
Minnesota, en Estados Unidos, ha encontrado
que las personas obesas que tienen grasa acumulada en el vientre y un cuerpo
con forma de manzana tienen más posibilidades de sufrir lo que se conoce como
muerte cardiaca repentina, que es la que se produce en menos de una hora luego
de que aparecen los síntomas.
Para llegar a estos
resultados, que fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad del Ritmo
Cardiaco (Heart Rhythm Society), en Boston, los científicos analizaron los
expedientes de más de 15 mil personas de 45 a 64 años, que habían participado
en un estudio sobre el riesgo de ateroesclerosis en las comunidades, entre 1987
y 1989. Tomaron en cuenta la edad, el sexo, la raza, la educación, el si
fumaban o no y los antecedentes familiares de enfermedad cardiaca.
Así detectaron que el índice
de masa corporal (IMC) — que es la relación entre el peso y la altura –, la
circunferencia de la cintura y la proporción entre la cintura y la cadera se
vinculaban con el riesgo de muerte cardiaca repentina. Para conocer dicha
proporción, por ejemplo, se estima que es de 1 cuando las caderas y la cintura
tienen la misma medida. Ten en cuenta que una proporción de más de 0.8 en las
mujeres y de 0.95 en los hombres se consideran negativas, o sea, no son
saludables.
Por el momento, estos datos
deben ser tomados como preliminares y ser evaluados por otros científicos; pero
de ser así, demostrarían que la obesidad abdominal es un factor de riesgo
independiente de la muerte cardiaca repentina, incluso considerando otros
factores como la diabetes, la hipertensión y la enfermedad de las arterias
coronarias (o sea, las arterias del corazón).
Esta no es la primera vez
que una investigación relaciona la obesidad abdominal con los problemas del
corazón. El año pasado, un análisis de la Mayo Clinic que se publicó en la edición correspondiente
al 10 de mayo de la revista del Colegio Americano de Cardiología, había
encontrado que la gente con enfermedad arterial coronaria que tiene aunque sea
un poco de grasa abdominal corría más riesgo de fallecer que quienes acumulan
grasa en otra parte del cuerpo. El mismo
efecto se observó incluso entre los pacientes con un índice de masa corporal
normal.
Mientras tanto, sea donde
sea que se acumule la grasa en tu cuerpo, está comprobado que la obesidad es un
factor de riesgo para muchas enfermedades, no sólo del corazón sino también
otras como la diabetes y hasta complicaciones en las articulaciones.
La buena noticia es que tú
puedes hacer muchas cosas para modificar esta situación, ya que la obesidad y
las condiciones asociadas están relacionadas, en parte, con el estilo de vida.
Si practicas ejercicio con regularidad y llevas una dieta balanceada, podrás
perder el exceso de peso, mejorar tu calidad de vida y vivir mejor, por más
tiempo.
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