Hay un alimento fantástico que
aporta millones de bacterias: El Yogur. El yogur clásico se compone de varios
tipos de lactobacilos, pero actualmente hay marcas que comercializan lácteos
con las variedades acidófilo y bífido, entre otros. Todos ellos, incluso los
yogures clásicos, son muy beneficiosos para la salud.
En Grecia y Turquía, el yogur
tiene muchos usos: como bebida en su forma salada, como condimento, para aliñar
las verduras, como postre o merienda, etc. De ahí que se atribuya a él que los
habitantes de estas zonas vivan tantos años. El pariente próximo del yogur, el
kéfir, es igualmente interesante para la salud y aún más digestivo que aquel.
Ambos se pueden elaborar en casa fácilmente.
Los lactobacilos también pueden
ser interesantes para mantener la flora de otra mucosa bastante vulnerable, la
vaginal. Irrigaciones con yogur ayudan a mantener el pH conveniente para que
proliferen los organismos adecuados, además de facilitar la lucha contra la
Candida albicans vaginal y contra las bacterias del colon de las infecciones
urinarias.
Destaca su capacidad de disminuir
el riesgo de encefalopatía hepática en casos de enfermedades avanzadas del
hígado, y que tiene lugar por la intoxicación neurológica a causa de
determinados gases.
Los lactobacilos son capaces de disminuir los niveles de
amonio, nitrógeno y fenol en el intestino, tóxicos que, si además existe
estreñimiento y permanecen más tiempo en el organismo, pueden llegar a provocar
la encefalopatía.
En general, sin necesidad de
estar enfermos, es conveniente que aportemos a nuestro organismo gérmenes
nuevos cada poco tiempo, ya sea en forma de yogur o kéfir. Este aporte será
especialmente importante si acostumbramos a comer carne, ya que ese alimento
facilita la proliferación de flora de putrefacción, en lugar de flora de
fermentación, que procede de la comida de origen vegetal. Y será obligado si
hemos seguido un tratamiento con antibióticos: se recomienda mantener la
terapia de repoblación durante al menos dos o tres semanas después de haber
dejado de tomar medicamentos.
Composición del Yogur natural
Por 100 g de porción comestible:
82 Calorías
5 g de Proteínas
1 g de lípidos
14 g de Hidratos de carbono
7 mg de Colesterol
0,6 g de Ácidos grasos saturados
0,32 g de Ácidos grasos
monoinsaturados
0,03 g de Ácidos grasos
poliinsaturados
180 mg de Calcio
0,1 mg de Hierro
17 mg de Magnesio
0,6 mg de Cinc
76 mg de Sodio
240 mg de potasio
11 mcg Vitamina A
0,05 mg Vitamina B1
0,26 mg Vitamina B2
1,2 mg Vitamina B3
0,04 mcg Vitamina B6
2 mcg Vitamina B9
0,4 mg Vitamina C
0,03 mg Vitamina E
Nota. Podemos consumir el yogurt de muchísimas maneras, por ejemplo: de postre solo, con frutas, en bizcochos, tartas, salsas, cremas, etc.
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