Entre preparar a los niños para que
vayan a la escuela, ir a trabajar, ir al supermercado, cocinar, atender a la
pareja, pagar las cuentas, etc., etc. ¿Cómo se puede encontrar tiempo para el
ejercicio? Se puede y se debe. Sigue leyendo, lo puedes lograr.
En una sociedad con tantas
demandas, es difícil hacer tiempo para ejercitar, especialmente si no es
algo que ha formado parte integral de tu estilo de vida. Hay tantas cosas que
tenemos que hacer, muchas otras cosas que nos gustaría hacer y también están
esas otras distracciones que no elegimos hacer pero terminamos haciendo, con
todo eso a veces el tiempo se nos escapa de las manos. Por esa razón es
importante que te hagas la siguiente pregunta: ¿Qué es importante para mí? Si una de las cosas que deseas es un cuerpo
más vital, tener más energía, mejor salud y/o sentirte mejor en relación a tu
cuerpo, entonces tienes que empezar a pensar en cómo hacer que esto ocurra.
Me encuentro con muchas personas
que me dicen que realmente quieren hacer
ejercicio, pero cuando llega el momento de ir a una clase de gimnasia, salir a
caminar o hacer algún otro tipo de ejercicios, no lo hacen una de sus
prioridades, ya que todo se les interpone en el camino. Pero recuerda, si uno
de los aspectos importantes en tu vida es tener más energía, sentirte más
vital, sentirte bien con tu cuerpo, entonces tienes que darle prioridad a los
ejercicios de la misma manera en la cual se la das a otros compromisos en tu
vida.
Siéntate con tu calendario, y
aunque estés muy ocupado(a), se creativa(o) para ver cómo y cuándo puedes
añadir ejercicio a tu día. Una vez que lo hayas determinado escríbelo en tu
calendario.
La mayoría de las personas necesita
tener un plan por escrito. Eso hace que rindas las cuentas. Eso también te ayuda a saber cómo contestar
cuando alguien quiere hacer planes contigo, ya que sabrás que esos momentos los
estas dedicando a ejercitar. No te
olvides que la vida está llena de imprevistos, nos guste o no, por lo que es
una gran idea ser flexibles y amables con nosotros mismos cuando algo cambia en
nuestra rutina y nos impide ejercitar. Tener un plan “b” puede ser muy útil
para esos casos.
Por ejemplo, si planeas ejercitar
dos veces a la semana y en una semana determinada tienes la oportunidad de
hacerlo un lunes y miércoles o lunes y viernes, la primera opción podría ser
una mejor opción, porque si algo no te permite ejercitar al principio de la
semana, todavía tendrás la oportunidad de hacerlo al final de la semana.
Los ejercicios que haces en
segmentos cortos de tiempo cuentan y puede ser muy útiles. No te sientas
desalentado(a) por el hecho de que tu tiempo es muy limitado y sólo tienes 10
minutos por aquí y 7 por allá. Todos los
segmentos de ejercicios que haces durante el día se suman y las porciones
cortas de actividad durante el día ayudan a mantener tu energía constante.
Inclusive, para las personas con
problemas de fatiga crónica o con energía baja, los esfuerzos pequeños durante
el día resultan mucho mejor que segmentos de actividad largos.
Por último, acuérdate de balancear
tu rutina con ejercicios de tipo aeróbicos, de fuerza y de estiramiento.
A veces pensamos que no tenemos
tiempo para ejercitar porque estamos ocupados cuidando de otros, pero entre mejor
te sientas mejor podrás cuidar a los demás.
Acuérdate de lo que siempre dicen en los aviones: “Póngase la máscara de
oxígeno primero y después ayude a los demás.”
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